viernes, 30 de marzo de 2012

Cerrado

Llevamos unos cuantos días que las condiciones atmosféricas, el viento y la situación del mar hacen que los barcos permanezcan amarrados en el puerto de Tánger y que se haya cerrado el Estrecho al tráfico de los barcos rápidos que en menos de una hora cubren el trayecto Tarifa-Tánger. Además el fuerte viento de estos días unido a las nubes hace que temporalmente hayamos perdido de vista la península, y eso me ha hecho reflexionar sobre algunos aspectos que me gustaría compartir aquí.

En primer lugar es una sensación rara perder de vista una referencia permanente que uno tiene frente a sí, es como si de repente alguien que desde su ventana viera a diario el bloque de pisos al lado de su casa, una mañana al asomarse comprobara que no está ahí, que se ha perdido, que no queda ni rastro de él. Ciertamente sé que está ahí, que debajo de todas esas nubes está la península que, como muchas otras cosas que no se ven, a los mismos catorce kilómetros de siempre está el punto de referencia para esta ciudad.
Estos días la situación ha hecho que se vea menos de lo que se distingue en la imagen.

Porque esa es otra de las cosas que me resultan curiosas de la situación atmosférica de estos días ya que, como ya os comenté en su día, Tánger es una ciudad con clara orientación hacia el otro lado del Estrecho de Gibraltar, son muchos los rincones de esta ciudad desde donde, no en días como estos, se puede contemplar perfectamente la península, en los días muy claros pueden distinguirse perfectamente los edificios de la cercana Tarifa. Escuché hace poco un comentario que decía que el faro de Tarifa, cuya luz se distingue perfectamente por las noches desde aquí, era la luz que guiaba a África, y en el fondo creo que así ha sido durante mucho tiempo, era la luz de referencia para aquellos africanos que dejaban atrás sus países para cruzar en busca de un sueño. Como digo a pesar de que los días no son buenos esos rincones siguen estando concurridos de público que, a pesar de las nubes y de la falta de contacto visual, siguen sentados orientados hacia allí, mirando hacia España, tal vez intentado distinguirla a través de las nubes, tal vez buscando ese huequito claro por el que dejar viajar sus sueños hacia una vida mejor.

Esa es otra de las cosas que me dan que pensar, la fe ciega que tienen muchas personas de esta ciudad de que al otro lado les esperaría una vida mejor, una vida llena de oportunidades y comodidades que aquí no pueden disfrutar. Eso me hace reflexionar acerca de la imagen que de España tenemos muchos españoles, entre los que me incluyo. La frase "uno no valora lo que tiene hasta que lo pierde", cobra ahora un sentido que va un poco más allá, yo diría, reflexionando sobre esta realidad que veo aquí, que uno no valora las cosas que tiene por el simple hecho de haber nacido en un sitio determinado, simplemente entiende que por ello es merecedor de ellas, hasta que uno no viaja y contempla la realidad de otras personas en otros lugares en los que no es así, no empieza a tomar consciencia de lo afortunado que es por tener algunos derechos y servicios que le son inherentes desde el momento justo de su nacimiento. A pesar de que funcionen mejor o peor muchas veces no somos conscientes de lo afortunados que somos de tener unos servicios sanitarios gratuitos, una administración de justicia imparcial y rápida o la suerte de abrir un grifo y que salga agua potable.
El faro de Tarifa, la luz que guía África.

Personalmente no me afecta el hecho de haber perdido de vista por unos días la península, no porque reniegue de mis raíces ni mucho menos si no por el hecho de que cuando tengo la posibilidad de ver a diario el otro lado tengo la sensación de que la cercanía es como una especie de imán que extiende su fuerza de atracción hasta este lado, como si su campo magnético fuera tan fuerte que no pudiera nunca alejarme nunca lo suficiente. Además, como dije al principio, soy un hombre de fe y a pesar de que no vea físicamente el otro lado sé que sigue estando ahí, con su ritmo de vida vertiginoso, con sus virtudes y sus defectos, iluminando y guiando a África, porque a pesar de que el tráfico de pateras a día de hoy haya descendido notablemente sigue habiendo gente que se atreve a cruzar en busca de esa luz, de esa referencia de oportunidades para sus vidas.

Un fuerte abrazo para todos y ¡¡SED FELICES!!

jueves, 29 de marzo de 2012

Vivir marcado

Una de las cosas que más me sorprenden cada miércoles cuando acudo a las duchas de los niños de la calle, es la gran cantidad de cortes, arañazos y marcas que tienen en su cuerpo a pesar de la corta edad de la mayoría de los que allí acuden. Me gustaría compartir con vosotros algunas de las cosas de las que me he ido enterando desde que estoy en Tánger y que, desconozco si será igual o no en todo el mundo islámico, tienen una especiales connotaciones sociales.

Aquí por lo general el hecho de tener marcas en la cara está muy mal visto, pues se entiende que aquellos que tienen marcas en la cara no son buenas personas, no son gente de fiar. Lo que en otros lugares podríamos entender como fruto de un accidente o de un golpe fortuito, aquí no se ve del mismo modo y está asociado, como digo, a la gente de mal vivir y poco de fiar. Es por eso que cuando surgen peleas en la calle o entre los chicos en el colegio lo primero a lo que van es a arañar o a marcar la cara, pues desde pequeños son conscientes de que eso les hará estar marcados de por vida como gente de dudosa reputación.
Tener cicatrices en la cara equivale poco menos que a ser un delincuente.

Esto me lleva a pensar más allá de las marcas en sí, y a comprobar nuevamente que esta sociedad es una sociedad que se deja llevar mucho por las apariencias de la gente con la que se trata, todo tiene una valoración a los ojos de los demás: el peinado, la ropa, la manera de andar, las marcas de la cara... todo es minuciosamente estudiado por la gente que al final son los que determinan la idoneidad o no de las personas con las que se puede o debe tratar.

Ciertamente hay algunas de esas marcas que son realmente espeluznantes, no me quiero ni imaginar lo mucho que deben de haber dolido algunas de las heridas con las que algunos de los niños de la calle se presenta allí los miércoles para que una vez duchados, los voluntarios que por allí estén les curen y les desinfecten los cortes, arañazos y raspones que traen algunos, señales que a ellos ciertamente nos les importa tener pues son conscientes de su posición en la escala social marroquí y de la enorme dificultad que tendrá para muchos el hecho de salir de la situación en la que se hallan inmersos.

Pero para el resto de la gente el hecho de llevar una marca es poco más o menos que un pecado, en una sociedad en la que las mujeres se maquillan hasta el extremo de parecer casi gheisas  con el objetivo de tener un color de piel lo más próximo posible al de las mujeres occidentales el hecho de tener una marca en la cara tiene como consecuencia que pierdan su belleza, que a lo mejor pueda darse el caso de que un chico no quiera salir con ella por el hecho de tener una cicatriz en la cara, aunque esta haya sido fruto de un accidente o de una caída y no por haber estado envuelta en ninguna pelea o reyerta.
Las mujeres se maquillan en exceso para poder parecer más occidentales.

Cuando en otros muchos lugares del mundo el hecho de mostrar una cicatriz puede ser sinónimo de fuerza o de hombría, en Tánger las ocultan todo lo que pueden, se tratan con todo tipo de cremas para que desaparezcan las posibles secuelas, pues no hay nada peor que vivir marcado.

Un fuerte abrazo a todos y ¡¡SED FELICES!!

miércoles, 28 de marzo de 2012

¿Huelga?

Se acerca el día señalado por los sindicatos españoles para llevar a cabo la "oportuna" huelga general contra el gobierno del Partido Popular y su reforma laboral, una huelga que a mí modo de ver y de entender las circunstancias me parece más una maniobra orquestada desde las filas del Partido Socialista que una iniciativa popular y real por parte de los sindicatos mayoritarios, entiéndase CCOO y UGT.

Quizá alguno les sorprendan algunas de las cosas que me gustaría transmitir, pero lo siento en este espacio puedo decir lo que pienso de una manera abierta y franca, y como siempre abierto al diálogo y a la participación de todos aquellos que lo deseen hacer, creo que en la pluralidad de opinones y de ideas está la riqueza del compartir, todos podemos tener una opinión diferente, respetando siempre la opinión de los demás.

Como decía al principio me parece que la huelga del próximo jueves es más un movimiento político que una reinvindicación de condiciones laborales, es más un acto político que una manifestación del sentir popular, pues si respondiera a una iniciativa popular no hubiera sido más lógico hacerla cuando el país comenzaba a desangrarse con la herida gravísima que suponen los más de cinco millones de parados que hay en el país, porque que a nadie se le olvide que a esta situación tan dramática en la que estamos inmersos ahora hemos llegado bajo el amparo de un gobierno de izquierdas, de un gobierno que se supone que mira por el bienestar del pueblo... bueno por lo menos eso pone en sus programas electorales, aunque la verdad es que una vez instalados en el cargo la realidad ha demostrado ser muy distinta.

Más allá de posicionarme a favor de unos o de otros, voy a posicionarme en el sitio que creo que debo de hacerlo desde mi conciencia y la manera en la que me gustaría estar en el mundo, y ese sitio no es otro que enfrente, delante de toda esa cuadrilla de personas que se suponen que actúan siempre en beneficio del pueblo cuando en realidad lo que buscan es el beneficio y el lucro propio y de los suyos. Y  es que creo que para lo que sí que habría que convocar una huelga es para protestar contra la clase política, para levantar la voz en contra de aquellos que, respaldados por el apoyo popular en las urnas, obviando claramente a la gran cantidad de españoles que no ejercieron su derecho al voto por estar asqueados de toda la basura que hay en torno a la política, dirigen los destinos del pueblo de una manera un tanto... despreocupada, por decirlo de una manera suave, sin importarles en exceso ni perder el sueño nocturno por el devenir de tanta gente que a día de hoy lo está pasando fatal.

Esa huelga habría que hacerla también contra aquellos que de una manera ruín nos han arrastrado hacia la situación actual, nos han llevado al fondo del pozo, pero asegurándose que hubiera la suficiente gente debajo de sus pies para poder seguir sacando la cabeza por encima del agua y no sentir el agobio ni la angustia de estar ahogado por las presiones económicas que a día de hoy padecen tantas y tantas familias en las que ninguno de sus miembros tiene trabajo, el otro día leí que se barajaban cifras de más de un millón y medio de hogares en los que todos sus miembros están en situación de desempleo, y mientras hay gente que pasa agobios y penas por tener más deudas de las que pueden pagar, los que llevaron a la economía familiar a la ruina tasando pisos por encima del valor real de mercado, los que dieron créditos a sabiendas del riesgo que suponía para sus entidades y los que utilizaron las ayudas del gobierno socialista para reactivar el consumo para sanear sus cuentas, están en sus casas tranquilamente, sin que nadie exija ni haya exigido ningún tipo de responsabilidad al respecto.

En definitiva, yo desde aquí no voy a hacer huelga el próximo jueves ni pienso apoyarla tampoco, creo que hay una huelga oculta que lleva mucho más tiempo produciéndose y hay pocas voces que se hayan levantado para denunciarla, y no es otra que la huelga de la decencia y la dignidad de la clase política española, en contra de esa situación sí que estoy dispuesto a ponerme en huelga, sí que estoy dispuesto a promover la acción popular, participar en la del próximo jueves no es otra cosa sino entrar a formar parte del coro de títeres de los políticos que perdieron el poder y buscan a toda costa recuperarlo, echando en cara a los que están ahora los errores que ellos mismos propiciaron. Os invito a ver el vídeo que viene a continuación y a secundar la huelga que en él proponen, para demostrar una vez más a los políticos y a ese extraño e indefinido elemento que llamamos "los mercados" quién tiene el poder.

Un fuerte abrazo para todos y ¡¡SED FELICES!!


martes, 27 de marzo de 2012

Curso de baile

Hoy no estoy especialmente comunicativo, no obstante me gustaría compartir con vosotros un pedacito de una de las actividades que, hasta antes del cambio de horarios en el cole lo hacíamos con más regularidad, estoy llevando a cabo en el Hogar Lerchundi y que no es otra que un curso de baile. Bueno mejor dicho con unos momentos en los que los niños del centro al compás de la música se deshiniben y sacan de dentro su particular manera de sentir la música, de expresarse a través del baile.

Son momentos muy especiales pues por unos instantes todo parece que adquiere otro ritmo, más rápido o más pausado en función de la música que suene. La verdad es que a los chavales del centro les encanta bailar y se saben un montón de pasos de baile, incluso algunas coreografías completas de algunos de las canciones que suenan.
Bailando los niños se deshiniben, se olvidan de sus problemas y se  dejan llevar por la música.

No quiero extenderme más, a continuación os dejo con algunas de las canciones con las que los niños se motivan y se vienen arriba y no hay quien los pare en el baile, vereis que no son muy distintas de algunas de las que muchos de los que leéis este blog escucháis en la radio o bailáis cuando salís de fiesta, lo cual es una muestra más de la cercanía entre ambas infancias a los dos lados del Estrecho.

Disfrutad los vídeos, dejaros llevar por la música y poneros a bailar como locos pues, como leí hace poco en un libro, bailando se espantan los males.

Un fuerte abrazo para todos y ¡¡SED FELICES!!












domingo, 25 de marzo de 2012

Tiempo perdido

A buen seguro más de uno al otro lado del Estrecho esta mañana se habrá levantado con la sensación de que se le había perdido algo, lógico, concretamente se le han perdido sesenta minutos a lo largo de la noche, esos minutos que dos veces al año se mueven de manera caprichosa para decidir cuando comienza el horario de verano y cuando el de invierno. Aquí en Tánger la hora no ha cambiado, no lo hará hasta finales del próximo mes de abril, por lo que ahora tenemos dos horas de diferencia con respecto a la península, estamos, temporalmente hablando, un poquito más lejos.
El cambio de hora, una de las pocas pérdidas de tiempo que vuelven a recuperarse.

Pero aprovechando esta circunstancia de lo que me gustaría hablaros hoy es del tiempo perdido, no como el de la noche pasada que lo recuperaremos allá por finales del mes de octubre, que a más de uno ahora le puede resultar muy lejano pero que llegará mucho más rápido de lo que nos pensamos, sino del tiempo de nuestra vida que dejamos pasar antes de dar algunos pasos, de iniciar algunas tareas, de atrevernos a tomar algunas decisiones, en definitiva el tiempo que transcurre antes de que nos pongamos en marcha en busca de nuestros objetivos.

Imagino que no seré el único al que le han pasado estas cosas, que habrá más gente que comparta conmigo esa sensación, siempre a posteriori, que en muchas ocasiones me ha asaltado de haber estado perdiendo el tiempo antes de tomar una decisión definitiva o de tomar un rumbo en la vida, como ya comenté en otra entra a veces el tiempo que tardamos en hacer las elecciones muchas veces nos resulta excesivo a la luz de los resultados que obtenemos, y no es que las decisiones haya que tomarlas sin pensar sino que a veces a pesar de tener claras las cosas continuamos dándole vueltas y vueltas hasta que finalmente nos atrevemos a dar el primer paso. A veces hay que arriesgar un poco para conseguir llegar al objetivo por eso una vez que tengamos claro lo que queremos no debemos perder el tiempo en ponernos en marcha para conseguirlo.
En ocasiones nos quedamos tumbados perdiendo el tiempo esperando que aquello que queremos venga a nosotros.

Son muchas las circunstancias que nos hacen perder el tiempo, algunas veces el miedo, otras veces la pereza y algunas otras la esperanza de que las cosas vengan a nosotros en lugar de salir nosotros en su búsqueda. Entiendo que hay veces que hacer algunas cosas o dar algunos pasos resulta complicado y nos hace perder más el tiempo antes de intentarlas o atrevernos a caminar la senda que hemos elegido, pero, en mi caso hasta ahora, nunca hay que arrepentirse del camino tomado, siempre será mejor equivocarse en los pasos que quedarse con la duda de qué hubiera sido de nosotros de haberlos andados. 

Estoy convencido de que a todos nos ha pasado, y a mí personalmente me sigue pasando, encontrarnos en situaciones en las que tenemos claros algunos sentimientos o pensamientos y nos cuesta horrores llevarlos a la práctica, perdiendo en ello un tiempo valiosísimo. ¿A quién no le ha pasado estar montones de horas junto a la persona que le gusta y no se ha atrevido a decirle nada y cuando lo ha hecho y la respuesta ha sido positiva darse cuenta de que ha estado perdiendo el tiempo? Estas circunstancias, las amorosas, suelen ser en las que más veces se pierde el tiempo, bien porque no nos atrevemos a decirle a la persona amada lo que sentimos por ella o bien porque aguantamos sin motivos relaciones que no nos aportan nada y en las que uno acaba estando por comodidad, en ambos casos la pérdida de tiempo es un lastre que nunca se recuperará. Pero no sólo es en este tema, hay otros muchos temas en los que mareamos la perdiz, teniendo claro lo que buscamos o queremos, con la esperanza de que por arte de magia eso que deseamos venga a nosotros porque sí, bueno en realidad básicamente porque no nos atrevemos por miedo o vergüenza o pereza a ir a por ello.
El tiempo está en nuestras manos, aprovechémoslo y no lo desperdiciemos.

En mi caso, reconozco que he perdido mucho el tiempo en esta vida, y por suerte o por desgracia seguramente me quede mucho tiempo más que perder, que a pesar de todas las cosas maravillosas que me han pasado en la vida he perdido la oportunidad de vivir otras, que por desgracia nunca sabré cómo habrían sido, por no haber dado los pasos indicados en el momento justo, por haber buscado una y mil veces excusas o pretextos para no hacer aquello que quería, porque he pospuesto la búsqueda de muchos sueños para otros momentos mejores, algunos de los cuales nunca llegarán y otros quién sabe si lo harán.

Permitidme el atrevimiento de hacernos una recomendación, ¡¡no perdamos el tiempo!! intentemos vencer al miedo y a la vergüenza que nos lastran en el camino elegido, no permitamos que la duda sea la primera elección de nuestras rutas y no dejemos de pensar que aquello que deseamos puede lograrse si ponemos todo nuestro empeño en lograrlo, desde el primer minuto sin tiempo que perder.

Un fuerte abrazo a todos y ¡¡SED FELICES!!

sábado, 24 de marzo de 2012

Polémicas

Observo estos días, desde la relativa distancia que me da la separación del Estrecho, que se está instaurando un clima de crispación al otro lado que me ha hecho reflexionar al respecto de la manera en la que se afrontan las polémicas, la forma en la que actuamos cuando tenemos que debatir con alguien sobre temas y situaciones que generan especial controversia y he llegado a algunas conclusiones que me gustaría compartir con aquellos que pasáis por aquí.
El volumen de la voz con la que se defiende una postura no le da más razón a quien la defiende.

Para empezar me gustaría decir que yo soy un amante de la disputa dialéctica, que siempre me ha encantado debatir sobre los temas de actualidad en los que, depende de la sensibilidad y la manera de ser y de pensar de cada uno, se puede defender una u otra postura. Además siempre me ha gustado intentar tener una opinión razonada sobre las cosas, utilizando el espíritu crítico y sopesando siempre los pros y los contras de la postura que asumo, y, aunque reconozco que no siempre ha sido así, con la mente abierta a escuchar y a asumir que se puede estar equivocado, que no siempre tenemos la razón, quizá haya sido un poco polémico pero nunca he dejado pasar la oportunidad de entrar en un debate sobre política, religión, amor, deporte... aunque, también lo reconozco, muchas veces sólo he llevado la contraria y he defendido lo indefendible por el simple placer de verle la paciencia a mi interlocutor.

Dicho todo esto, veo estos días que el tema de las polémicas va cada día más en aumento y cada vez con menos tolerancia y respeto por las opiniones contrarias, resguardados bajo el cobijo del fanatismo y de la falta de espíritu crítico con respecto de las propias opiniones. Me sorprende ver que en los debates, de los que soy testigo desde este lado del puente, más que defender opiniones y dar razones y justificaciones sobre la postura adoptada los oradores se dedican a criticar la postura del adversario. Pareciera que la razón te la da la ingeniosidad de la crítica más que la veracidad de las razones por las que se defiende la propia opinión. También en algunos casos parece que el volumen de las voces con las que se defiende una posición es lo que da veracidad y respaldo, más allá de las razones verdaderas que llevan a tomar esa postura.
Debatir es un ejercicio de profundizar en nuestra manera de estar ante la vida.

En una semana como esta que ha estado llena de polémicas: política, fútbol, religión, justicia... me ha llegado hasta aquí la sensación de que cuando se discute se pierden rápidamente de vista algunas cosas que creo que son fundamentales, la más importante de todas ellas es que somos personas, y digo esto porque algunos debates distan bastante poco de las imágenes de los documentales de animales salvajes que entrechocan los cuernos dirimiendo el liderazgo de la manada, de hecho creo que para algunas disputas los animales salvajes y el ser humano no se diferencian tanto, si no fuera por la capacidad de andar sobre las patas traseras y por el pulgar enfrentado a veces no sabría distinguir quién es quién.
A veces los debates están más próximos a esta situación de lo que deberían.

Disfrutemos de las oportunidades de debatir y exponer nuestra opinión, pero hagámoslo siempre desde un razonamiento lógico y con un espíritu crítico respecto de nuestras opiniones y estando siempre dispuestos a aceptar que podemos no tener la razón, de esta forma podemos encontrar un camino para profundizar en nuestra posición ante la realidad, nuestra manera de estar ante la vida.

Un fuerte abrazo para todos y ¡¡SED FELICES!!

viernes, 23 de marzo de 2012

Simple II

Con un día de retraso, espero que sepais perdonarme aquellos que seguís a diario este espacio, me dispongo a compartir con vosotros unas reflexiones acerca de las dos conmemoraciones del día de ayer, el Día Internacional del Síndrome de Down y el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, y también de una "re-constatación" de que algo falla cuando nos hacemos adultos, cuando damos el paso hacia la edad madura y dejamos atrás nuestra más tierna infancia.

En primer lugar, y en referencia al tema de la discriminación racial, me gustaría compartir con vosotros un pensamiento que ya he compartido en este espacio con anterioridad y es que a pesar de lo que nos pueda parecer a día de hoy los pensamientos y las actuaciones xenófobas están mucho más presente de lo que deberían, en ocasiones de manera escondida o disfrazadas bajo el abrigo de las reinvindicaciones patrias se nos presentan claras manifestaciones xenófobas y racistas, todos hemos oído alguna vez frases como:"vienen a quitarnos el trabajo", "son todos unos aprovechados", "son unos delincuentes"... Algunas de estas afirmaciones, de una manera un tanto ladina, se nos dan desde los medios de comunicación o incluso desde las propias autoridades públicas, creando en la población esos sentimientos de miedo hacia lo extranjero, de odio visceral hacia todo aquello que venga de fuera, sirviendo de caldo de cultivo para actuaciones y enfrentamientos que suelen estar motivados por una falta, cada día más generalizada en la población, de empatía con los que vienen de fuera para buscarse una vida un poco más próspera, renunciando para ello a la comodidad de vivir con su familia, en su país, a veces arriesgando su propia vida para conseguirlo.
El color de la piel tampoco afecta al tamaño de las sonrisas.

Por lo que respecta al tema del Síndrome de Down me da la impresión de que siguen existiendo recelos y prejuicios sobre las personas que están en esta situación. Desde aquí quiero romper una lanza en favor de toda la gente que tiene la suerte, sí sí la suerte, de tener a alguien cercano en esta situación, y la quiero romper porque son personas maravillosas, personas llenas de alegría y de ganas de aprender y de superarse en la vida, además de que son personas muy cariñosas y muy afectivas, personas, en definitiva, que luchan día a día por conseguir integrarse en la sociedad de una manera natural, haciendo ver a aquellos que les rodean que son capaces de desempeñarse de una manera autónoma en aquellas parcelas en las que, poco a poco, siguen ganándole la batalla a los prejuicios y a las miradas inquisitoriales.
La gente con Síndrome de Down son verdaderos ejemplos de superación para todos.

Por último, para ir ya acabando, me gustaría pararme un momento en el vídeo que os puse en la entrada de ayer para tratar el tema de la manera de solucionar y de afrontar los problemas cuando somos niños. Porque hay cosas que cada día tengo más claras, una de ellas es que si a día de hoy pusiésemos los recursos mundiales en manos de niños y les dijésemos que hay que buscar una solución a los conflictos existentes no tardarían más de una mañana en solucionarlo todo. Hace un tiempo os puse un video sobre el tema de compartir lo que tenemos y, como entonces, sigo pensando que a los niños les cuesta menos compartir lo que tienen, un niño no permitiría jamás que otro niño, como él aunque el color de su piel no fuese el mismo, muriese de hambre teniendo él un montón de comida de sobra, cuando somos niños somos más humanos que cuando nos vamos haciendo mayores, somos más sensibles a las necesidades de nuestros iguales. 
Volvamos a mirar con ojos de niño, libres de "enfermedades" visuales.

En cuanto al vídeo de ayer, pues lo dicho, he vuelto a constatar que desde la mirada inocente de un niño los problemas se relativizan, o como en el caso de las imágenes en cuestión no se ve la existencia de ningún problema. Ese es uno de los defectos de la vista que uno adquiere con el paso del tiempo, el prejuicio, la ceguera ante las situaciones de necesidad de nuestros iguales, y el mayor problema de todo es que no se corrige con gafas o con cirugía si no con corazón, con ese corazón inmenso que tenemos cuando somos niños y que se nos va endureciendo con el paso de los años.

Sin más me despido de todos deseando que poco a poco vayan saliendo a la luz los niños que hay dentro de todos nosotros y cuando eso suceda seamos capaces de ir cambiando la manera de ver las cosas y las situaciones que nos rodean, será entonces cuando la situación global comience a cambiar.

Un fuerte abrazo para todos y ¡¡SED FELICES!!