domingo, 25 de marzo de 2012

Tiempo perdido

A buen seguro más de uno al otro lado del Estrecho esta mañana se habrá levantado con la sensación de que se le había perdido algo, lógico, concretamente se le han perdido sesenta minutos a lo largo de la noche, esos minutos que dos veces al año se mueven de manera caprichosa para decidir cuando comienza el horario de verano y cuando el de invierno. Aquí en Tánger la hora no ha cambiado, no lo hará hasta finales del próximo mes de abril, por lo que ahora tenemos dos horas de diferencia con respecto a la península, estamos, temporalmente hablando, un poquito más lejos.
El cambio de hora, una de las pocas pérdidas de tiempo que vuelven a recuperarse.

Pero aprovechando esta circunstancia de lo que me gustaría hablaros hoy es del tiempo perdido, no como el de la noche pasada que lo recuperaremos allá por finales del mes de octubre, que a más de uno ahora le puede resultar muy lejano pero que llegará mucho más rápido de lo que nos pensamos, sino del tiempo de nuestra vida que dejamos pasar antes de dar algunos pasos, de iniciar algunas tareas, de atrevernos a tomar algunas decisiones, en definitiva el tiempo que transcurre antes de que nos pongamos en marcha en busca de nuestros objetivos.

Imagino que no seré el único al que le han pasado estas cosas, que habrá más gente que comparta conmigo esa sensación, siempre a posteriori, que en muchas ocasiones me ha asaltado de haber estado perdiendo el tiempo antes de tomar una decisión definitiva o de tomar un rumbo en la vida, como ya comenté en otra entra a veces el tiempo que tardamos en hacer las elecciones muchas veces nos resulta excesivo a la luz de los resultados que obtenemos, y no es que las decisiones haya que tomarlas sin pensar sino que a veces a pesar de tener claras las cosas continuamos dándole vueltas y vueltas hasta que finalmente nos atrevemos a dar el primer paso. A veces hay que arriesgar un poco para conseguir llegar al objetivo por eso una vez que tengamos claro lo que queremos no debemos perder el tiempo en ponernos en marcha para conseguirlo.
En ocasiones nos quedamos tumbados perdiendo el tiempo esperando que aquello que queremos venga a nosotros.

Son muchas las circunstancias que nos hacen perder el tiempo, algunas veces el miedo, otras veces la pereza y algunas otras la esperanza de que las cosas vengan a nosotros en lugar de salir nosotros en su búsqueda. Entiendo que hay veces que hacer algunas cosas o dar algunos pasos resulta complicado y nos hace perder más el tiempo antes de intentarlas o atrevernos a caminar la senda que hemos elegido, pero, en mi caso hasta ahora, nunca hay que arrepentirse del camino tomado, siempre será mejor equivocarse en los pasos que quedarse con la duda de qué hubiera sido de nosotros de haberlos andados. 

Estoy convencido de que a todos nos ha pasado, y a mí personalmente me sigue pasando, encontrarnos en situaciones en las que tenemos claros algunos sentimientos o pensamientos y nos cuesta horrores llevarlos a la práctica, perdiendo en ello un tiempo valiosísimo. ¿A quién no le ha pasado estar montones de horas junto a la persona que le gusta y no se ha atrevido a decirle nada y cuando lo ha hecho y la respuesta ha sido positiva darse cuenta de que ha estado perdiendo el tiempo? Estas circunstancias, las amorosas, suelen ser en las que más veces se pierde el tiempo, bien porque no nos atrevemos a decirle a la persona amada lo que sentimos por ella o bien porque aguantamos sin motivos relaciones que no nos aportan nada y en las que uno acaba estando por comodidad, en ambos casos la pérdida de tiempo es un lastre que nunca se recuperará. Pero no sólo es en este tema, hay otros muchos temas en los que mareamos la perdiz, teniendo claro lo que buscamos o queremos, con la esperanza de que por arte de magia eso que deseamos venga a nosotros porque sí, bueno en realidad básicamente porque no nos atrevemos por miedo o vergüenza o pereza a ir a por ello.
El tiempo está en nuestras manos, aprovechémoslo y no lo desperdiciemos.

En mi caso, reconozco que he perdido mucho el tiempo en esta vida, y por suerte o por desgracia seguramente me quede mucho tiempo más que perder, que a pesar de todas las cosas maravillosas que me han pasado en la vida he perdido la oportunidad de vivir otras, que por desgracia nunca sabré cómo habrían sido, por no haber dado los pasos indicados en el momento justo, por haber buscado una y mil veces excusas o pretextos para no hacer aquello que quería, porque he pospuesto la búsqueda de muchos sueños para otros momentos mejores, algunos de los cuales nunca llegarán y otros quién sabe si lo harán.

Permitidme el atrevimiento de hacernos una recomendación, ¡¡no perdamos el tiempo!! intentemos vencer al miedo y a la vergüenza que nos lastran en el camino elegido, no permitamos que la duda sea la primera elección de nuestras rutas y no dejemos de pensar que aquello que deseamos puede lograrse si ponemos todo nuestro empeño en lograrlo, desde el primer minuto sin tiempo que perder.

Un fuerte abrazo a todos y ¡¡SED FELICES!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario