viernes, 23 de marzo de 2012

Simple II

Con un día de retraso, espero que sepais perdonarme aquellos que seguís a diario este espacio, me dispongo a compartir con vosotros unas reflexiones acerca de las dos conmemoraciones del día de ayer, el Día Internacional del Síndrome de Down y el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, y también de una "re-constatación" de que algo falla cuando nos hacemos adultos, cuando damos el paso hacia la edad madura y dejamos atrás nuestra más tierna infancia.

En primer lugar, y en referencia al tema de la discriminación racial, me gustaría compartir con vosotros un pensamiento que ya he compartido en este espacio con anterioridad y es que a pesar de lo que nos pueda parecer a día de hoy los pensamientos y las actuaciones xenófobas están mucho más presente de lo que deberían, en ocasiones de manera escondida o disfrazadas bajo el abrigo de las reinvindicaciones patrias se nos presentan claras manifestaciones xenófobas y racistas, todos hemos oído alguna vez frases como:"vienen a quitarnos el trabajo", "son todos unos aprovechados", "son unos delincuentes"... Algunas de estas afirmaciones, de una manera un tanto ladina, se nos dan desde los medios de comunicación o incluso desde las propias autoridades públicas, creando en la población esos sentimientos de miedo hacia lo extranjero, de odio visceral hacia todo aquello que venga de fuera, sirviendo de caldo de cultivo para actuaciones y enfrentamientos que suelen estar motivados por una falta, cada día más generalizada en la población, de empatía con los que vienen de fuera para buscarse una vida un poco más próspera, renunciando para ello a la comodidad de vivir con su familia, en su país, a veces arriesgando su propia vida para conseguirlo.
El color de la piel tampoco afecta al tamaño de las sonrisas.

Por lo que respecta al tema del Síndrome de Down me da la impresión de que siguen existiendo recelos y prejuicios sobre las personas que están en esta situación. Desde aquí quiero romper una lanza en favor de toda la gente que tiene la suerte, sí sí la suerte, de tener a alguien cercano en esta situación, y la quiero romper porque son personas maravillosas, personas llenas de alegría y de ganas de aprender y de superarse en la vida, además de que son personas muy cariñosas y muy afectivas, personas, en definitiva, que luchan día a día por conseguir integrarse en la sociedad de una manera natural, haciendo ver a aquellos que les rodean que son capaces de desempeñarse de una manera autónoma en aquellas parcelas en las que, poco a poco, siguen ganándole la batalla a los prejuicios y a las miradas inquisitoriales.
La gente con Síndrome de Down son verdaderos ejemplos de superación para todos.

Por último, para ir ya acabando, me gustaría pararme un momento en el vídeo que os puse en la entrada de ayer para tratar el tema de la manera de solucionar y de afrontar los problemas cuando somos niños. Porque hay cosas que cada día tengo más claras, una de ellas es que si a día de hoy pusiésemos los recursos mundiales en manos de niños y les dijésemos que hay que buscar una solución a los conflictos existentes no tardarían más de una mañana en solucionarlo todo. Hace un tiempo os puse un video sobre el tema de compartir lo que tenemos y, como entonces, sigo pensando que a los niños les cuesta menos compartir lo que tienen, un niño no permitiría jamás que otro niño, como él aunque el color de su piel no fuese el mismo, muriese de hambre teniendo él un montón de comida de sobra, cuando somos niños somos más humanos que cuando nos vamos haciendo mayores, somos más sensibles a las necesidades de nuestros iguales. 
Volvamos a mirar con ojos de niño, libres de "enfermedades" visuales.

En cuanto al vídeo de ayer, pues lo dicho, he vuelto a constatar que desde la mirada inocente de un niño los problemas se relativizan, o como en el caso de las imágenes en cuestión no se ve la existencia de ningún problema. Ese es uno de los defectos de la vista que uno adquiere con el paso del tiempo, el prejuicio, la ceguera ante las situaciones de necesidad de nuestros iguales, y el mayor problema de todo es que no se corrige con gafas o con cirugía si no con corazón, con ese corazón inmenso que tenemos cuando somos niños y que se nos va endureciendo con el paso de los años.

Sin más me despido de todos deseando que poco a poco vayan saliendo a la luz los niños que hay dentro de todos nosotros y cuando eso suceda seamos capaces de ir cambiando la manera de ver las cosas y las situaciones que nos rodean, será entonces cuando la situación global comience a cambiar.

Un fuerte abrazo para todos y ¡¡SED FELICES!!

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