Sigue habiendo...

La entrada de hoy me gustaría compartirla con todos los que leais este blog, tanto seais creyentes como no, tanto hayais celebrado el Jueves Santo como si habeis reclamado el Jueves Laico, porque en el fondo creo que existen más cosas que nos unen de las que nos separan, me gusta pensar que al final lo que hacemos no es tan diferente, que el punto en el que pueden diferir nuestras posturas estaría más bien en las motivaciones que en los actos.

... tantos pies que lavar.

Y es que hoy en la Iglesia se celebra el día del amor fraterno, el día del servicio a los demás, de ponerse a disposición del prójimo para aquellas cosas que pueda necesitar de nosotros, en definitiva, el día de ayudar a los que nos rodean y tienen unas necesidades que, en la mayoría de las ocasiones, se solucionarían con un poquito de colaboración que diésemos entre todos. Hoy es el día en el que recordamos la instauración del sacerdocio a través del ejemplo de Jesucristo, que siendo la persona a la que querían, seguían y admiraban tantas personas en aquellos tiempos, se ofreció a hacer el trabajo que estaba encomendado a los esclavos de aquella época, se puso a lavarle los pies a sus amigos, a sus hermanos, a aquellos que compartían con él su camino hacia el final que Dios-Padre le tenía preparado, un final muy amargo, en un primer momento, pero lleno de alegría y de júbilo tras la gloria de la Resurrección.

Como os decía es un día que creo que debería unir a más gente de la que separa, pues como he podido ir viendo, y sigo haciéndolo, hay mucha gente dedicada al servicio a los demás, con diferentes motivaciones: religiosas, humanitarias, políticas... Y es que al fin y la cabo de lo que hoy se ha tratado en la Iglesia es de amar, creo que en eso hay pocos ateos o pocos agnósticos, creo que de una u otra manera todos creemos en el amor, habrá pocos que duden de la existencia de un sentimiento tan bonito y maravilloso como es el sentimiento de amar sin medida, sin freno de mano, lanzándonos de lleno a darlo todo por otras personas que necesitan de nuestro sentimiento profundo de amor incondicional.

El amor es un sentimiento en el que hay pocos ateos y pocos agnósticos.

Partiendo de este punto, el hecho de que todos creemos en el amor, es más fácil establecer paralelismos entre las distintas motivaciones que llevan a las personas a abandonar la comodidad de sus vidas para aventurarse a intentar hacer más agradable y llevadera la vida de aquellos que por diferentes circunstancias de la vida no tienen la suerte de disponer de aquellas cosas necesarias para poder adquirir un mínimo de dignidad. Así pues mientras unos lo hacen por la creencia en Dios, por la fe a unas vivencias y experiencias, otros lo hacen por la creencia en el hombre, en el ser humano que se doblega y sufre ante la pasividad de muchos que, como en la parábola del Buen Samaritano, pasan de largo o prefieren mirar para otro lado para que no les incomode lo que ven sus ojos. En definitiva todos tratamos de ayudar a los más desfavorecidos, con la salvedad que donde uno ve hermanos otro ve personas que necesitan ser ayudadas.

La canción que da título a la entrada de hoy, que mucha gente ha colgado hoy en sus muros de las redes sociales, del grupo IXCIS, nos habla de las necesidades que hoy en día sigue habiendo, de la necesidad de seguir lavando los pies, de seguir estando dispuesto a servir a los demás, de seguir tomando el camino del servicio a los demás, haciendo de nuestra vida, para unos evangelio vivo y para otros ejemplo de vida solidaria, un ejemplo de vida de amor incondicional, una cosa en la que creo que muchos estaremos de acuerdo, compartamos o no la fe.

Con la esperanza de que le demos más valor a los puntos que nos unen que a los que nos separan, me despedido ya deseando que todos, cristianos o no, creamos que a través del amor a los demás seremos capaces de cambiar el mundo, seremos capaces de revertir situaciones que creíamos perdidas, porque que a nadie le quepa la menor duda de que el amor lo puede todo. 

Un fuerte abrazo a todos y ¡¡SED FELICES!!