viernes, 20 de julio de 2012

La noche antes del viaje

Bueno pues ahora ya sí que sí que esta aventura pone un punto, no sé si seguido, si aparte o si final, lo que sí sé es que me voy lleno de alegría por haber podido hacer realidad un sueño, por haber dado todo lo que tengo y haber aprovechado al máximo todos y cada uno de los días que he pasado aquí. Han sido, sin ningún género de dudas, los mejores meses de mi vida, descubriendo a cada paso que daba que me dirigía por la senda correcta hacia la ansiada felicidad que todos buscamos para nuestras vidas.

Son momentos difíciles los de plasmar por escrito todos esos sentimientos que a golpe de latido de corazón se suceden ahora mismo, me dejo una gran parte de él, del corazón, aquí, en este proyecto, en esta casa, en esta ciudad, no me avergüenza reconocer que amo con locura lo que he hecho aquí, que a pesar de que a alguno le pueda raro yo he logrado alcanzar la felicidad viviendo en esta realidad, rodeado de gente que sufre y que necesita de la ayuda, no sólo de los que están aquí sino de otros muchos que con un poquito de su parte solucionarían muchas realidades de pobreza y miseria.
Varios meses separan ambas fotos, varios meses llenos de experiencias.

Para terminar me gustaría dejaros con una poesía, que da título a la entrada de hoy, que estos últimos meses, regalo de San Jorge, ha estado encima de mi mesilla de noche y me ha hecho pensar en el momento en que tuviera que despedirme, pues bien ese momento ha llegado y es por ello que quiero compartirla con todos vosotros. El autor es Carlos Marzal y forma parte de un libro de poesía titulado "La vida de frontera" y dice así:

"Deseo lo que habrá de venir, pero aún deseo más
que lo que haya de ser sea un recuerdo,
otro nuevo episodio que permita, en un breve futuro,
distintas noches previas al día de partida,
puesto que en esas horas el vivir se descubre
con una fuerza extraña que el viaje no conoce,
y que el deseo nunca podría contener.

La vida antes del viaje no parece la vida,
sino un ofrecimiento
imposible ya de ser defraudado.
Nuestras fieles rutinas no conciernen
a quien se marchará, y el día de mañana, inabarcable,
excita los sentidos, aviva la esperanza
y nos impide el sueño. El tiempo cotidiano,
aunque nos pertenezca, en el recuerdo es torpe,
y ese distinto tiempo que se aguarda
tiene un lugar para creer posible
que otra será la vida que suceda.
Más próxima a la idea que tenemos 
la noche antes del viaje.

Todavía unas horas demoran la partida
y ya quiero volver para empezar de nuevo."


Con ese deseo de volver para empezar de nuevo, y con la promesa de compartir con todos vosotros mi viaje al desierto, me despido hasta mañana, inchallah, que será el primer día del mes de Ramadán en Marruecos y el primer día lejos de este lado del puente.

Un fuerte abrazo para todos y, como cada día, ¡¡SED MUY FELICES!!

1 comentario:

  1. Mario, ¿donde estás? ¿ya no estás en Tánger?
    Quería seguir sabiendo de tí, tus vivencias y tu forma de ver la vida.
    ¿Quien va a contarme como marchan las cosas a nivel humano,en Tánger? Las miserias y riquezas de las personas que allí viven. Tambien las que como tú, están dando y recibiendo, siendo el Amor lo que te mueve y te da fuerzas.
    Echo de menos Tánger y estar de vez en cuando por allí.
    Un abrazo

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