miércoles, 23 de noviembre de 2011

Clandestino


Por culpa de alguien del que un día os hablaré, lleva unos días sonando en mi cabeza la canción que da título a la entrada de hoy y que además me va a servir para que toquemos de una manera un poquito más profunda el tema de la inmigración, los motivos, las consecuencias y la realidad de la inmigración que todos conocemos, y que hace algunos años, no muchos, era uno de los principales problemas que tenía nuestro país según las encuestas.

Los españoles con el tema de la inmigración hemos sido bastante olvidadizos, pues no hemos tomado con nuestros inmigrantes las mismas actitudes que con nosotros tomaron, y siguen tomando, los países que acogen a nuestros emigrantes. Todos conocemos a alguien que conoce a alguien que tiene o ha tenido familiares trabajando fuera de nuestras fronteras para traer el pan y el sustento a sus casas. Dice un refrán que “no sirvas a quien sirvió ni pidas a quien pidió” y en nuestro caso creo que vuelve a demostrarse que la sabiduría popular nunca falla.

Nuestra historia de emigraciones es bastante amplia y nos ha llevado en momentos de profunda necesidad a viajar a países de América del Sur o de Europa en busca de una oportunidad que por aquellos momentos aquí no gozábamos. Todos hemos oído alguna vez el término “hacer las Américas” referido a la gente que se iba a aquellas tierras en busca de una riqueza y una prosperidad que aquí le eran negadas, y seguro que todos hemos oído hablar alguna vez de la película “Vente a Alemania Pepe” en la que se recogía todo el fenómeno de la emigración española a los países centroeuropeos en los años cincuenta. Más recientemente también hemos tenido el ejemplo de una película de Carlos Iglesias, “Un franco, catorce pesetas”, en la que se nos narra la historia de dos trabajadores que en aquellos años emigraron a Suiza en busca de una mejora de su situación económica. Yo mismo a día de hoy tengo familia que vive en Suiza, donde tuvieron que marchar en busca de una oportunidad que aquí se les negaba.

Como digo somos de mentalidad olvidadiza y todo ese pasado nuestro de emigrantes lo hemos olvidado cuando se han cambiado las tornas y nos ha tocado recibir a gente que carece de oportunidades en sus lugares de origen y vienen a nuestro país en busca de una oportunidad de prosperar, en busca de una oportunidad de llevar el sustento a sus familias y mejorar su calidad de vida. Somos profesionales de cerrar puertas, quitar oportunidades, poner etiquetas y crear prejuicios, a todo eso no hay quien nos gane pero a lo que no somos capaces de llegar ni siquiera al aprobado raspado es a empatizar, a ponernos por unos instantes en la piel del otro, del que llama a nuestra puerta pidiendo ayuda, y libres de prejuicios tratarle como lo que es una persona como nosotros. Ciertamente el termino xenofobia es bastante aplicable a un gran número de personas en nuestro país.

Hagamos un ejercicio de empatía y pongámonos en el lugar de la gente que viene a nuestro país en busca de oportunidades. Alguno se ha planteado alguna vez dejar todo lo que tiene atrás: familia, amigos, casa, ciudad… para irse a un país extranjero, desconocido, en el que te ponen trabas desde que llegas, en el que la gente te mira mal por el simple hecho de ser extranjero? Pues ahora pensad por un momento en qué situación os tendríais que encontrar para dar ese paso? No somos conscientes de que los inmigrantes que vienen a nuestro país vienen huyendo de situaciones muy complicadas, hambre, guerras, pobreza extrema… y aquí los recibimos con un trato vejatorio, aprovechándonos de ellos, en definitiva, maltratándolos, y sin embargo ellos siguen queriendo estar aquí, no os dais cuentas de que una persona que está dispuesta a aguantar todo eso es porque lo que le espera a su vuelta es mucho peor?

Creo que en el tema de la inmigración somos muy poco coherentes y, probablemente, hay muchas personas que manifiestan opiniones contrarias entre sí, os pongo un ejemplo y seguro que lo entendéis, cuanta gente no está expectante de que venga a su equipo de fútbol tal o cual jugador de un país en situación difícil y sin embargo cuando ven a otra persona de la misma nacionalidad no le suelta alguna lindeza como “sudaca” o “negro de mierda” o “moro”. Son las dos caras de una misma moneda, todo depende del color del cristal con que se mira.
Los dos son brasileños, ¿quién creéis que la gente quiere que venga?

Aquí en Tánger cada vez se ven menos, pero recuerdo que hace unos cuantos años la presencia de subsaharianos en busca de pateras para poder pasar el Estrecho era enorme. Por aquella época se llegaban a pagar 4000$ por un sitio en una patera, por un viaje que sólo tenía dos finales: el éxito, llegar, o la muerte, aunque a veces tenía una tercera salida, el engaño, pues eran muchos los que cogían un patera y tras darles una vuelta por el mar los volvían a dejar en el mismo punto donde los habían recogido, a la mañana siguiente con las primeras luces del alba se les caía el alma a los pies cuando descubrían que después de haber pagado el dinero, después de todo el esfuerzo y todo el sufrimiento para lograr un “pasaje” volvían a estar en el mismo sitio, al otro lado. A todo esto había que unir las condiciones en las que llegaban a Tánger y las situaciones y problemas que les venían “adjuntados al billete”: robos, engaños, palizas… Para ver esta situación de manera más gráfica os recomiendo un documental llamado “Asalto al sueño”, que si bien no cuenta la realidad de esta gente en concreto sí que cuenta el viaje que cada día intentan hacer miles de sudamericanos para conseguir llegar a EEUU.

Por hoy me despido pidiendo perdón por las horas de publicar, las clases y el trabajo no me han permitido hacerlo antes, y rogándoos que intentéis mantener la vista limpia cuando se os acerque un inmigrante, poner etiquetas es muy fácil, dejarse llevar por los tópicos es muy sencillo, ahora bien ayudar a quien lo necesita, hacer de la vida de alguien algo mejor es muy sencillo también y a la vez algo muy gratificante.

Un fuerte abrazo a todos y ¡¡SED Y HACED FELICES!!

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