martes, 13 de diciembre de 2011

"África empieza..."


… al sur de los Pirineos” decían hace unos años con cierta sorna y mala leche nuestros vecinos del norte, los franceses. A día de hoy esta realidad no es para nada como entonces las fronteras de nuestra Comunidad Europea han ido bajando paulatinamente, hasta el punto de adentrarse en el continente del otro lado de Al qantara, hasta el interior del continente africano.

Todo esto que os voy a contar hoy comenzó hace unos días cuando me topé con la imagen que podéis ver debajo de este párrafo, cuando lo vi me quedé alucinando y decidí que tenía que compartirlo con vosotros, estuve buscando referencias e informándome un poco sobre el tema y preparando una información más o menos contrastada para compartirla con todos aquellos que leéis el blog. Porque aunque nos parezca una cosa imposible las fronteras europeas comienzan a día de hoy a la altura del desierto del Sáhara, en la frontera sur de Marruecos, como bien ilustra la foto.
Uno más de la Unión Europea.

No me discutiréis que la imagen es cuando menos curiosa, y tal vez después de que leáis la entrada comprobaréis que es mucho más real de lo que ahora mismo os puede parecer. Es un fiel reflejo de la realidad que a día de hoy vivimos en Europa y que probablemente mucha de la gente que forma parte de esa Comunidad Europea desconocerá, bien por desconocimiento o bien porque tampoco es que nuestros políticos europeos nos lo hayan explicado de manera pormenorizada.

Al hilo de esto que os cuento veía anoche un documental en La 2 de Televisión Española, concretamente en el magnífico programa Documentos TV,  un documental llamado “Contra la pared” en el que se hablaba de la cantidad de muros, barreras, murallas, etc… que se habían levantado en el mundo después de la Caída del Muro de Berlín, con la excusa de preservar la seguridad de los países que los levantaban en contra de todos los inmigrantes que querían alcanzar sus tierras. Salían los muros que se están levantando entre Estados Unidos y México, los que se levantan entre Israel y los territorios ocupados de Palestina, y también salía el muro que la Unión Europea tiene levantado para evitar la llegada de la inmigración a sus estados miembros.
Vaya de seguridad que separa Ceuta y Marruecos.
Dentro de este último apartado volví a escuchar una realidad que mientras he estado buscando información para esta entrada había visto, y no es otra que las condiciones que la Unión Europea pone a los países del norte de África para poder recibir de su parte los fondos de ayuda para el desarrollo, es decir todos aquellos requisitos que tienen que cumplir para poder recibir ese dinero que tanto necesitan para poder salir adelante, para poder ayudar a sus habitantes.

La principal condición que ponían no era otra que controlar el tráfico de inmigrantes, es decir, que sean estos países africanos los que monten la barrera  que dé seguridad a Europa ante el problema de la inmigración ilegal. Fijaros lo que eso implica, les estamos “regateando” una ayuda que se les da por su condición de países pobres a cambio de que hagan de policías fronterizos de Europa. A lo mejor esto no os parece mal o no os resulta extraño pero os voy a dar algún ejemplo para que comprobéis lo que esto implica. El hecho de que estos países, en los que los derechos de los inmigrantes son “escasos” por decirlo suavemente, conlleva que haya gente que esté pasando verdaderos calvarios para poder alcanzar su sueño, supongo que alguno habrá escuchado historias sobre los inmigrantes y tal yo os voy a poner dos ejemplos para poner un poco más de luz sobre este asunto un tanto turbio del que hoy quiero hablaros.
Una verdad como un templo de una de las mejores firmas de nuestro periodismo, El Roto.

Hace unos años un grupo de inmigrantes subsaharianos intentaron asaltar la valla de Melilla, igual alguno lo recordáis, el ejército marroquí, los vigilantes de las fronteras de Europa por esas tierras, no dudaron un instante en abrir fuego contra ellos, no les dieron el alto ni intentaron parar el asalto de otra manera no, directamente y sin más aviso abrieron fuego contra ellos, provocando varias muertes y decenas de heridos entre los inmigrantes que intentaban alcanzar como fuera el sueño de una vida mejor, para algunos esa valla fue lo más cerca que nunca estuvieron de alcanzarlo. Aunque desde el gobierno español no se reconociera, son varias las asociaciones para la defensa de los derechos humanos las que sostienen que el fuego que abatió a los asaltantes no sólo venía del lado marroquí, aunque eso es algo que por desgracia nunca sabremos, porque nunca más se movió la investigación.

Otro ejemplo para ilustrar esta realidad lo encontramos en la constatación de la existencia de verdaderas “caravanas de la muerte” para los inmigrantes que eran apresados intentando cruzar, luchando para llegar a su sueño. Estas caravanas consistían en hacinar en autobuses a todos los inmigrantes que habían sido apresados y llevarlos al desierto, donde eran abandonados a su suerte sin más equipamiento que el que le proporcionara la ropa que llevaban puesto, este hecho ha sido denunciado al igual que el anterior por muchas asociaciones de ayuda humanitaria, y por respuesta han obtenido el silencio cómplice de la Unión Europea que no es quién para decirle al estado marroquí cómo debe de tratar a sus inmigrantes.
Muchos sueños se han quedado prendidos en esa valla al igual que esas ropas.

Y es que esa es la realidad a la Unión Europea no le importa lo más mínimo cómo lo hagan, sólo les preocupa que corten el flujo de inmigrantes de la manera que sea, atente o no atente contra los derechos fundamentales del hombre, pero la Unión Europea esto no le gusta sacarlo a relucir, de hecho “disfrazan” ese precio a pagar por los servicios prestados por estos países africanos con los mencionados fondos de ayuda al desarrollo. Fijaros la paradoja, piden a los pobres que controlen a los más pobres a cambio de esa ayuda, es como si a alguien que viniera a pedir a nuestra casa le dijésemos que sólo le vamos a dar lo que nos pide si vigila que nadie más venga a pedirnos, como digo paradójico.
 
Por tanto me parece de lo más lógica la primera imagen que ilustra esta entrada, si ellos, Marruecos, cumplen con los requisitos de la Unión Europea, y a cambio reciben su dinero, qué diferencia existe entonces con cualquier otro de los estados miembros, acaso España no hace los mismo, cumplir unos mínimos exigibles a cambio de una suculenta ayuda económica, acaso no debemos cumplir unas reglas del juego para seguir chupando del bote, sinceramente yo no veo tantas diferencias.

Mientras tanto nosotros, los europeos, vamos y venimos por donde queremos con la impunidad que nos dan nuestros pasaportes, viajamos libremente por casi todas las partes del mundo y, muy al contrario de lo que nosotros hacemos, se nos abren todas las murallas a nuestro paso, porque somos europeos, somos gente “civilizada” que no entiende que la necesidad, la desesperación por una vida mejor, requiere ayuda, si el dinero invertido en levantar barreras se invirtiera en ayudar a los que intentan pasarlas otro gallo nos cantaría.

Un fuerte abrazo a todos y ¡¡SED FELICES!!

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