domingo, 18 de diciembre de 2011

Stork


Hoy voy a ser bastante breve, y es que después de una semana de trabajo y en vísperas del merecido día de descanso, esta tarde-noche nos hemos juntado unos amigos y hemos estado haciendo algo muy muy normal en España pero algo un poco más “difícil” aquí en Marruecos, tomarnos una cerveza después de salir del trabajo.

Claro el hecho de que el consumo de alcohol esté mal visto, es una prohibición moral no una prohibición absoluta, hace que la cosa sea un poco más complicada que en España, donde en cada calle hay por lo menos un bar, cuando no hay una calle entera llena sólo de bares. Pero aún así hemos estado en un par de sitios disfrutando de una cerveza y compartiendo un poco de nuestra vida, fuera del trabajo, de las preocupaciones del día a día, un buen rato de charla distendida donde compartir anécdotas, risas y salir un poco de la rutina semanal.

Aunque no os lo creáis, o incluso os pueda resultar paradójico, la protagonista de la entrada de hoy es también marroquí, y es que la prohibición del consumo no conlleva la prohibición de la producción, y tengo que decir en su defecto que en comparación con sus “rivales” extranjeras la verdad es que sale perdiendo, pero para mí esta tarde-noche no había otra mejor, nos ha servido como excusa perfecta para romper con la monotonía de salir del trabajo y venir a casa.
100% marroquí, paradojas de la vida.

Como digo no os voy a aburrir más hoy, además a lo mejor alguno está saturado de tanta entrada diaria y tanta información, simplemente no quería dejar pasar la oportunidad de que a pesar de la dificultad, no se vende en todos los sitios y el precio suele ser bastante caro, aquí también hacemos, cuando podemos, un rato de cervezas y charla para romper con el binomio trabajo-casa.

Un fuerte abrazo para todos y ¡¡SED FELICES!!

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