jueves, 1 de diciembre de 2011

Gatos


Sin duda una de las cosas más llamativas que uno se encuentra cuando pasea por las calles de Tánger es la cantidad de gatos que hay. No os exagero ni os digo que habrá miles de gatos por las calles, es una cosa que sale de lo común y que en otros lugares del mundo resultará sumamente raro. Además la mayoría de los gatos carecen de dueño y sin embargo sobreviven. Hoy me gustaría acercaros a una de las cosas más peculiares que tiene la ciudad de Tánger, y el Islam en general, los gatos.

No es raro ir por la calle y encontrarse un gato cada pocos pasos, siempre vigilantes y con esta astucia felina que les caracteriza, si uno se fija atentamente tienen los mismos comportamientos que sus familiares mayores los leones. Como digo no es raro pasar por la calle y ver gatos rondando tranquilamente, suelen hacerlo siempre cerca de los cubos de basura, al olor de la comida de la que alimentarse.

Pero no siempre necesitan buscarse la vida para encontrar alimento, pues otra de las cosas peculiares que uno ve cuando pasa por la calle es pequeños montoncitos de comida o pequeños recipientes con agua que la gente pone ahí precisamente para los gatos de la calle, os parecerá una tontería pero a “nuestro vecino” no le darían ni agua ni comida, y sin embargo a un gato que vaga por la calle le proporcionan alimento y bebida. Es otra de las paradojas que uno se encuentra en esta cultura, o a lo mejor no es tan paradoja y en todos los sitios sucede que la vida de un animal sea más importante que la vida de una persona.

El gato, particularmente, es bien cuidado aquí por diferentes motivos entre los que me gustaría destacar dos: la higiene y la religión. Con respecto al tema de la higiene, como felinos que son, los gatos se alimentan de roedores (me gustaría ver una lucha entre los gatos y las ratas del callejón, no tengo muy claro cuál de los dos temería por su vida) por lo que son bastante útiles para mantener las calles limpias de todo tipo de ratones y ratas, por lo menos para que no haya tantas como pudiera haber. En alguna ocasión sé que la gente de las casas de los barrios más humildes buscaba tener un gato en casa para que les protegiera de los mordiscos de las ratas, recuerdo esto especialmente por una habitante que durante algún tiempo hubo aquí en el Hogar Lerchundi cuya capacidad de caza era insuperable, de nombre cariñoso “Nikita”, estos ojos de quien os escribe recuerdan verla cazar en la oscuridad de la noche un murciélago al vuelo o dar buena cuenta de las residentes del antiguo palomar que  había debajo del Hogar. Como digo los felinos son utilizados para mantener a raya la proliferación de roedores en lugares en los que por el exceso de basuras y la falta de limpieza o saneamiento hay verdaderas plagas de ratas y ratones.

El segundo de los motivos por los que los gatos son especialmente apreciados en Tánger, y por lo general en todo el mundo islámico, es religioso, y es que los gatos son considerados animales puros, son una representación de la divinidad. Se cuenta una historia de que el Profeta Mahoma adoraba a los gatos, de hecho tenía una gata llamada Muezza, se quedó dormida en sus brazos, Mahoma prefirió romper su túnica, cortando la manga en la que reposaba su gata, antes que despertarla para salir. A su regreso, Muezza le agradeció el gesto que había tenido con una inclinación de cabeza y el profeta, complacido, le concedió a ella y al resto de gatos el poder de caer siempre de pie.

Como veis la religión también es un apoyo a favor del cuidado de los gatos, para los musulmanes el gato es un animal sagrado y como tal lo tratan y lo cuidan, fijaros hasta qué límites llega esto que os comento que para los musulmanes maltratar un gato es poco menos que firmar tu billete de ida al infierno, de hecho, según me he informado, hoy en día las corrientes contrarias a la tradición del Profeta para manifestar su desacuerdo maltratan y envenenan a los gatos.

Pues a la luz de esto que os acabo de comentar, no os extrañe, si alguna vez venís de visita por Tánger, encontraros a los gatos campando a sus anchas por todo tipo de lugares: bares, tiendas, por mitad del zoco o incluso por mitad de los hospitales, sí sí como lo leéis hasta en esos lugares tienen vía libre para estar, la verdad es que yo con mi mentalidad occidental no consigo verlo normal por mucho que como se dice los gatos son animales muy muy limpios.

En definitiva el gato en el mundo islámico es un animal especialmente protegido, de la misma manera que las vacas lo son para los hindúes, por lo importante de su presencia para combatir a los roedores y por ese carácter casi sagrado que le atribuye la predilección que el Profeta sentía por estos animales.

Hoy os dejo un poquito antes pues como todos sabéis hoy es uno de diciembre, día mundial contra el SIDA y festividad de SAN ELOY, así que para celebrarlo, lo de San Eloy, nos vamos a hacer “merienda-cena”.

Un fuerte abrazo a todos, y ¡¡SED MUY FELICES!!

2 comentarios:

  1. Te curras un montón el blog. gracias por tenernos informados y entretenidos. muchos besos

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  2. Bueno al fin y al cabo ese es el objetivo, muchas gracias a tí por leerlo.

    Muchos besos.

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