sábado, 12 de noviembre de 2011

ALLAHU AKBAR

Hoy en primer lugar, quiero pedir perdón a todos aquellos que ayer pensaron que pasaba algo y se preocuparon por mí, especialmente, y sin que sirva de precedente, a I.R.G. que sé que se desilusionó al leer la postdata de la anterior entrada. En realidad era lo que pretendía, que esas últimas palabras cambiasen toda la interpretación de la entrada completa. Repito, perdón si en algún momento alguien perdió el sueño por ello.

La entrada de hoy, posiblemente, no será interpretada por todo el mundo de la misma manera, pues el tema de hoy es uno de esos temas estrellas que generan gran controversia en la sociedad moderna. Por ello me gustaría que, con la mayor libertad del mundo y sólo los que lo consideréis oportuno, dejaseis vuestra opinión, a modo de comentario en la entrada de hoy, respecto al tema que vamos a ver.

Para introduciros un poco en la entrada del blog os comento, el título de la entrada “Allahu Akbar” significa “Dios es grande” y es repetido a modo de letanía una y otra vez por los muecines cada una de las cinco veces que realizan el adhan, la llamada a la oración.

Ciertamente en el mundo islámico la presencia de Dios, de lo sagrado, está presente en todos los ámbitos de la vida, desde lo más cotidiano a lo más extraordinario. Todos los días y en muchos momentos se escuchan referencias a Dios en distintas situaciones de la rutina diaria. Así por ejemplo, los niños del centro, en todas y cada unas de las comidas que realizan al cabo del día, dan gracias a Dios por el alimento que van a tomar diciendo bismillah.  O por otro lado, las madres de los chicos del Hogar cuando se despiden hasta la mañana siguiente lo hacen diciendo inshallah, “si Dios quiere”. Otro ejemplo, cuando te encuentras con alguien y le saludas y le preguntas cómo le va todo y te contesta que bien, pues lo que se dice a continuación es hamdullah, “gracias a Dios”. Como digo estos son algunos de los muchos ejemplos que podemos encontrar de la presencia de lo religioso, de lo sagrado, en la vida cotidiana de esta sociedad marroquí.

A parte de toda esta presencia “verbal” de Dios en el mundo islámico también existe una presencia física de esa religiosidad, no es difícil mirar el horizonte y divisar al menos una mezquita, por muy escondida que esté, sus alminares se elevan hacia el cielo, hacia lo divino, siendo verdaderos puntos de unión entre la divinidad y los fieles y, a lo mejor esto es un tanto frívolo, dibujando unos skylines de los más peculiares y bonitos que yo haya podido ver nunca. 

Bien, pues introducido el tema, de lo que hoy me gustaría tratar en el blog es de la presencia de Dios en nuestras vidas, de cómo nos afecta o nos condiciona en nuestra manera de ser o de entender la vida la referencia de Dios, sea del tipo que sea: cristiano, musulmán, budista… yo no tengo constancia de la religión que profesan todos aquellos que en algún momento podéis estar leyendo este blog.

Yo voy a hablaros de mi experiencia, que es la que conozco. Para mí Dios está muy presente en mi vida, lo digo sin ningún tipo de vergüenza y sin ningún tipo de miedo: SOY CRISTIANO PRACTICANTE. Ahora bien, mi modo de entender la religión, de entender mi fe, mi relación con Dios, en algunos momentos puede resultar un tanto heterodoxa, o no.

Yo no sería quien soy si en mi camino no se hubiesen cruzado, hace ya la friolera de veintidós años,  los claretianos, con ellos a lo largo de los años he ido madurando y creciendo en la fe, descubriendo la presencia de Dios en mi vida y aprendiendo a ser “ un joven cristiano, que en su modo de pensar, hablar y actuar, ofreciera pinceladas de la alegría aprendida de Él”. Acompañado por ellos, he ido profundizando en mi fe, en mi relación con Dios, descubriendo paso a paso lo afortunado que soy y agradeciendo al Padre en la oración todas aquellas cosas que me han sucedido en la vida.

Uno de esos pasos en la fe, concretamente hace trece años, me condujo hasta aquí, hasta Tánger. En la primavera de 1998, por primera vez en la historia de los colegios Claret, un grupo de jóvenes estudiantes de primero de bachillerato y de C.O.U. (el que recuerde el significado de las siglas es que es muy mayor), acompañados por varios profesores del colegio y por un sacerdote, nos presentábamos aquí en Tánger a vivir una experiencia misionera cristiana y también, este fue mi caso, a encontrarnos cara a cara con Dios.

Hasta llegar a esa experiencia, habíamos llevado a cabo una formación para prepararnos práctica, mental y espiritualmente para lo que habríamos de encontrarnos en ese viaje. En esa formación encontré la base en la que a día de hoy se sustenta mi fe, en la que se forja mi relación con Dios, en la que encuentro mi manera de vivir el evangelio. Concretamente en esa formación hicimos especial hincapié en un pasaje del Evangelio de Mateo, los que hicimos aquella formación creo que no lo olvidaremos nunca, Mateo 25, 31-46 “El juicio final”.

Pues fue en esa lectura en la que encontré lo que para mí es vivir como un buen cristiano, vivir entregado al servicio de los demás, por eso no entiendo algunas actitudes de algunos que se dicen cristianos y luego no son capaces de ayudar a su prójimo, al que está a su lado y necesita que alguien le tienda una mano para superar una dificultad.

Probablemente, llegados a este punto algunos les haya sorprendido la entrada de hoy, o no se la esperaran o no conocieran esa parte de mí y la estén descubriendo ahora, pero deciros que para mí la presencia de Dios en mi vida condiciona mucho mi forma de afrontar las situaciones que se me plantean, mi forma de entender lo bueno y lo malo que sucede conmigo, en definitiva, mi forma de vivir.

Un fuerte abrazo a todos los que habéis leído la entrada de hoy y, una vez más, os invito a participar del blog, a utilizar “al qantara” en el otro sentido.

6 comentarios:

  1. sorprendida...sorprendida!!!no de tu fé sino que estés en Marruecos, y Eloy,claro!!!aunque de vosotros me espero todo!!me gusta lo que tais haciendo!!asiq aqui estoy siguiendo tu blog todos los dias!!bss

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  2. Hombre, yo sí estoy sorprendido de esa fé que profesas!!

    Yo no creo en Dios (en ninguno) y hasta que no haya una mínima prueba de esa existencia que se pueda demostrar por el método científico no me trago nada de nada. Y es que cuando algo no se puede demostrar sólo nos pueden convencer con la fé, algo así como creer que el mago no hace trucos sino magia de verdad.

    Al margen de esto, la religión (sea cual sea) es una herramienta de manipulación muy poderosa que da sus frutos sobre todo con mentes manipulables, por eso la usan con todos cuando somos niños y por eso tienen mayor fuerza en pueblos deprimidos y con importantes carencias educativas. A veces se usa con fines nobles (como en tu caso) y otras en fines no tan nobles (como en la mayoría de casos), sobre todo para mantener la población amedrentada, carente de libertad y fiel a las consignas del "jefe" para poder manejarla a placer.

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  3. Perdón por no haber respondido antes, pero tengo que decirte que respeto mucho tu opinión aunque no la comparto del todo.

    Hay muchas cosas que no son demostrables por el método científico y que sin embargo no te generarán tantas dudas: el amor, la honestidad de las personas, etc... Estoy de acuerdo en que la religión en algunos momentos y en algunas situaciones puede haber sido utilizada de la manera que dices, pero en mi caso yo te hablo desde la experiencia personal y no creo que yo sea una persona falta de libertad o con carencias educativas. La manera en la que cada uno vive su fe es diferente, por eso en la entrada yo he comentado que a lo mejor mi forma era un tanto heterodoxa.

    Un abrazo fuerte y gracias por participar!!!

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  4. Precisamente por eso me ha extrañado tanto tu fe en la Iglesia y en su doctrina, porque te conozco.

    De todas formas, no mezclemos ética y religión, que hasta en el colegio se separan ambos términos, así que eso de honestidad, amor y demás, para mí no tienen nada que ver con ninguna religión, vamos, que no se necesita creer en ningún dios para ser honesto, amar... Si a eso tú lo llamas fe, bien, veo que simplemente utilizamos términos distintos. Y ten bien seguro que las religiones, todas, siguen actuando de esa forma hoy en día, y tú, como yo, tenemos un bagaje católico que no hemos elegido, que se nos ha impuesto desde pequeños, que nos han metido con cuchara como verdades incuestionables, y de niño uno es muy manipulable y se cree hasta la santísima trinidad, que lo mires por donde lo mires no se sustenta por ningún lado... a no ser que uses el comodín de la fe, que con eso vale hasta creer en Dark Vader.

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  5. No me refería a que hay que creer para ser honesto y amar, me refería a que la fe es un término tan etéreo como lo pueden ser la honestidad y el amor. Ciertamente estoy de acuerdo contigo en que cada uno lo llama como quiere, a lo mejor tú no lo llamas fe y yo sí, a lo mejor puedo equivocarme en pensar que eso es la fe, pero también puede ser que se confundan los términos creyente y beato. Como digo en la entrada yo también sentía que no vivía la religión como yo quería y la primera vez que viví esta experiencia eso cambió, yo creo en lo que he vivido y en lo que he experimentado en carne propia.

    Un abrazo fuerte y espero que todo vaya bien, un saludo!!

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  6. Otro abrazo para ti, campeón. Y saluda al resto de campeones, en especial a Eloy

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