lunes, 12 de marzo de 2012

Mediterráneo

Una vez más, y ya van más de las que quisiera, os pido perdón aquellos que seguís este espacio por haber desaparecido durante unos días y no actualizar este blog con los pensamientos y sensaciones que día a día intento compartir con todos vosotros. El motivo de mi ausencia no ha sido otro que el cambio de mar, he pasado de despertarme cada mañana y contemplar la frialdad y la inmensidad del Atlántico a hacerlo con la calidez y relativa calma del Mediterráneo.

Y es que he vuelto a cruzar el puente, esta vez físicamente, para pasar unos días en compañía de la familia, no la calabazona si no de la catalana. Además este viaje supone también un cruce de un puente personal que me gustaría compartir hoy un poquito con todos vosotros, un cruce hacia una etapa de mi vida en la que sin saberlo empezó a forjarse la persona que soy a día de hoy.
El rapto de Europa, playa de Ribes Roges.

Estos días, concretamente hasta el próximo domingo, estaré por la ciudad que me vio dar los primeros pasos de mi vida, la ciudad en la que aprendí a hablar, en catalán, una ciudad donde empecé a descubrir algunas de las cosas que más me han sorprendido en la vida, la verdad es que podría estar contándoos anécdotas hasta que os aburrierais, sobretodo porque yo de pequeño era un poco "movidito" y no paraba quieto un segundo, hay montones de recuerdos y de historias de mi vida que han tenido como telón de fondo esta ciudad, que a día de hoy sigue siendo un lugar fundamental en mi vida.

 La verdad es que echo de menos Tánger, hoy no he dejado de pensar un momento en lo que estarían haciendo, haciendo constantemente una relación entre la hora que era y la tarea o actividad con la que en ese momento estarían entre manos, una vez más me doy cuenta de que una gran parte de mi corazón se quedara allí para siempre, vaya donde vaya y haga lo que haga siempre estará presente en mi vida esa ciudad y esa gente con la que estoy teniendo la oportunidad de compartir una de las mejores etapas de mi vida, desde luego una de las más felices.

Por lo que respecta a mi estancia aquí pues la verdad es que vengo con la intención de disfrutar del cariño de la familia, vengo con la intención de hacer algo muy sencillo pero a la vez muy necesario a veces, vengo con ganas de "estar", no traigo intenciones de hacer muchas cosas y de salir mucho y ver muchos sitios, no no vengo a estar con ellos, a disfrutar enormemente de su compañía, por unos días vengo a compartir el cariño y la alegría con aquellos que, de una manera más o menos impuesta, comparten conmigo mis alegrías y mis penas, aquellos que se desvelan por mis desvelos y se alegran por mi felicidad. 
Este fue mi primer colegio del que guardo buenísimos recuerdos y alguna que otra cicatriz.

Espero que el cambio de mares por unos días me sirva para poder valorar, aún más si cabe, desde la distancia la experiencia que estoy viviendo allí, a ese lado del puente donde empezó toda esta aventura del blog y donde día a día sigo descubriendo y andando el camino hacia mi felicidad.

Un fuerte abrazo a todos y ¡¡SED FELICES!!

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