miércoles, 21 de marzo de 2012

Primavera

¡Ha llegado! Bueno en realidad aquí en Tánger ya llevaba anunciando su llegada desde hace unas semanas, poco a poco los días van estirando sus horas de sol, ese mismo sol que ha pasado de acariciar tímidamente, casi casi sin rozarnos, a empezar a calentarnos el cuerpo, haciéndonos aumentar los niveles de vitamina D y de optimismo.

Esta tarde cuando caminaba por la calle de repente me asaltaban varias sensaciones que me hacían sentir que esa fuerza incontrolable de la naturaleza que es la eclosión de la primavera ya estaba aquí, que ha llegado para quedarse. De repente el olor a las flores de azahar de los naranjos silvestres, la luz del sol aún brillando desde lo alto, cuando hace unas semanas se escondía rápidamente, el ritmo de la gente que paseaba alegremente y despreocupada por las calles y la sonrisa abierta y franca de la gente con la que me iba cruzando, me han hecho darme cuenta de que el invierno se fue, el tiempo del frío de migrar cual caracol en busca del sol para calentarse ha pasado, la época en la que el frío era el compañero más cercano día y noche, tan cercano que se metía dentro de tí para no abandonarte es ya un recuerdo del pasado más reciente.

Ahora sentado delante del ordenador escribiendo esta entrada me doy cuenta de que el tiempo corre demasiado deprisa para lo que me gustaría, que el avance imparable del calendario lleva un ritmo excesivamente raudo, a pesar de que no puedo quejarme pues me está permitiendo degustar y paladear todos y cada uno de los días que estoy pasando aquí. Si miro hacia atrás tengo la impresión de que hace apenas unas cuantas semanas que llegué, que todo esto comenzó, y sin embargo van ya cinco meses de aventura y experiencia, sin duda alguna de los mejores de mi vida.
El olor de las flores de azahar es una de las señales de que la primavera ya llegó.

Al mirar hacia delante me doy cuenta de que quedan aún muchas cosas por hacer y muchas situaciones que vivir y disfrutar. Empiezan hoy noventa días de primavera en los que tengo la obligación de disfrutar al máximo de mi trabajo, de darme por completo a aquello en lo que creo, siendo un poco cursi, a florecer en esta experiencia, a dejar atrás los fríos y las oscuridades invernales para dar paso a la belleza y el calor primaveral.

Espero que este año mi alergia me respete y me deje disfrutar al máximo de esta primavera 2012, del año en el que viví mi primera "primavera árabe".

Un fuerte abrazo para todos y ¡¡SED FELICES!!

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