domingo, 22 de enero de 2012

¡¡Basta ya!!

La verdad es que el tema del que os quiero hablar hoy me indigna bastante, tanto por la pesadez con la que oigo repetir lo mismo una y otra vez como por lo hipócrita de la afirmación. Hoy me gustaría daros mi punto de vista acerca del tema de la financiación de la Iglesia con fondos públicos del Estado, de lo minuciosos que son algunos para los temas de la Iglesia y lo poco minuciosos que son para otros asuntos, si no del mismo cariz, parecidos.
Está de moda ir en contra de la Iglesia, aunque para ello haya que ser hipócrita.

Para empezar me gustaría trasladaros mi opinión al respecto de la financiación eclesial con fondos públicos, estoy completamente de acuerdo en que la Iglesia Católica debería financiarse con sus propios fondos, con las aportaciones de sus fieles, que fueran aquellos que quisieran los que contribuyeran al sostenimiento de la institución religiosa.

Ahora bien, establecido el punto de partida, también me gustaría trasladaros mi punto de vista completo al respecto de tan delicado tema. Y es que sí estoy a favor de que la Iglesia se autofinancie pero claro una vez que se autofinanciara estaría de acuerdo en que dejara de ofrecer los servicios que ofrece, no los religiosos que esos los lleva inherentes a su naturaleza misma si no toda esa serie de servicios en los cuales la Iglesia juega un papel, si no fundamental, sí muy destacado: educación, sanidad y servicios sociales, entre otros.
Sin la presencia de la Iglesia todo este trabajo lo tendría que asumir el Estado, probablemente con mayor coste.

Sería el momento de dejar de ofertar plazas en la educación, en hospitales, en residencias de mayores, dejar de ayudar a la gente que se encuentra en situaciones difíciles y en claro riesgo de exclusión social, que fuese el Estado el que asumiera toda esa carga económica que a día de hoy lleva la Iglesia, probablemente saldría muchísimo más caro de lo que puede estar saliendo ahora, entre otras cosas porque el personal que habría que emplear sería bastante elevado, con el consiguiente problema de las bajas médicas, liberados, sindicados, etc… ya veis vosotros cómo funcionan la mayoría de las administraciones públicas.
Y yo también al ver la financiación que reciben los sindicatos a cambio del trabajo que no hacen.
Por otro lado estaría también de acuerdo con que en el mismo momento que se quitara la financiación a la Iglesia se quitara también la financiación a otras instituciones que también son financiadas con dinero público, concretamente los sindicatos y los partidos políticos, que sin ser del todo lo mismo no tienen demasiadas diferencias, me parecería lógico que el mismo empeño que ponemos en quitarle la financiación a una institución como la Iglesia alegando que no todos somos creyentes lo pusiésemos en quitarle la financiación a los partidos políticos y a los sindicatos, pues estoy convencido de que el porcentaje de gente que no cree en la política y el de que no cree en la Iglesia tienen que estar bastante parejos. Sería por tanto lógico que esas instituciones se financiasen con el dinero de sus afiliados, se financiasen con capital privado, tal y como hacen los partidos políticos americanos. El problema es que creo que para este tema hay una cierta hipocresía, y a gente que en realidad, demostrado judicialmente, ha robado, ha malversado y ha gestionado pésimamente el capital de todos no nos molesta que se les financie con capital público, parece que no tiene importancia alguna que gente que se ha aprovechado de su posición política para enriquecerse les financiemos sus campañas políticas con el dinero de todos los españoles, tanto de los que les votan como de los que no.
¿Por qué nos ocultan estas cifras y no las de la financiación de la Iglesia?

En este mismo saco metería a otras instituciones, quizá estas con un delito mayor pues son instituciones de naturaleza privada, que también están financiadas en mayor o menor medida con el dinero de todos los españoles, por ejemplo los clubes de fútbol, no veo a nadie que salga en la prensa con cierta frecuencia atizando a los equipos de fútbol para que cumplan con sus obligaciones fiscales con Hacienda, que somos casi todos, o con la Seguridad Social, no veo que haya movilizaciones en las redes sociales para pedir que los clubes deportivos, constituidos como sociedades anónimas deportivas, atiendan sus deudas con el Estado, ¿qué pasa que el trabajo de los futbolistas es mejor o más importante que el de los miles de religiosos que se entregan cada día a trabajos que de no hacerlos ellos no los haría nadie? Además los clubes tienen encima la poca vergüenza de hacer públicos algunos de sus movimientos mercantiles: compra-venta de jugadores, contratos de patrocinio, venta de derechos de imagen a cadenas televisivas, etc… sin embargo no tienen nunca dinero para atender sus deudas públicas, una hipocresía más.
Las cifras están ahí para que todo el mundo pueda verlo, no seamos ciegos.

Y qué decir del tema de los bancos, bueno de esto mejor no hablar hoy, otro día ya le dedicaremos una entrada en exclusiva a tan preocupante e indignante situación.

Lo dicho, estoy indignado de escuchar a la gente pedir que se les quite la financiación a la Iglesia y que no pidan lo mismo para otras situaciones en las que probablemente se esté dejando de ganar más dinero del que se conseguiría quitando la financiación a la Iglesia. Quitémonos la venda de la hipocresía y puestos a pedir pidamos la igualdad de trato para todos, que es muy fácil ir a favor de esa corriente anticlerical tan de moda en los últimos años.

Un abrazo muy fuerte para todos y ¡¡SED MUY FELICES!!

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