viernes, 20 de enero de 2012

Lavar y cortar

¡Qué dos palabras más típicas de los carteles de las peluquerías! Pues es que hoy me gustaría hablaros del cuidado tan exhaustivo que aquí tienen de la apariencia física, concretamente del cabello, la cantidad de productos que llegan a venderse en los supermercados y la cantidad de peluquerías, tanto de señoras como de caballeros, que hay en la ciudad de Tánger.

Y es que a más de uno puede resultarle paradójico que llevando la mayoría de las mujeres el pañuelo se gasten dinero en peluquería, pues no, no confundirse, debajo de los pañuelos hay mucho dinero gastado en peluquerías, productos para el cuidado del cabello, adornos, etc… y es que las mujeres suelen ser bastante cuidadosas con su imagen y a pesar de que, como digo, nos parezca una pérdida de tiempo y dinero, a ellas les preocupa la imagen que puedan dar a sus maridos o en sus casas, aunque en al final nadie más pueda contemplar el resultado.
Aunque resulte paradógico las musulmanas cuidan mucho el aspecto de su cabello.

En el caso de los hombres suelen frecuentar las peluquerías y las barberías para cuidar su aspecto, y es que como he comentado en alguna ocasión anterior en el mundo islámico importa mucho la imagen que se da a los demás, en ocasiones importa más la imagen que se da de uno mismo a los demás que la imagen verdadera que uno tenga. Por lo general los hombres marroquíes suelen llevar el pelo bien cortado, no suelen llevarse las melenas y esas cosas más bien suelen llevar la cabeza un tanto afeitada. En cuanto al estilismo facial… bueno como podéis haber visto los que hayan estado en algún país musulmán el elemento estrella es el bigote, suele ser bastante común entre los hombres, además algunos se dejan barba frondosa, el motivo es que los hombres que llevan barba frondosa son más creyentes, mejores musulmanes, o por lo menos eso dicen.
Las barbas frondosas son sinónimo de buen musulmán, o eso dicen.

Aquí en Tánger entre los negocios estrella están las peluquerías, las barberías, los salones de belleza y similares, los hay a montones, de todo tipo: modernos, clásicos, europeos, tradicionales árabes… y por lo general siempre suelen tener clientela. Por ejemplo en nuestra calle en un tramo de unos cincuenta metros hay dos peluquerías de caballeros y una de señoras, porque eso sí aquí no hay peluquerías unisex, o por lo menos yo no las he visto. Los precios suelen ser bastante económicos, como casi todo, aunque algunos piensan que existen diferentes precios en función de quien vaya, es decir que existe una tabla de precios para los locales, marroquíes, y otra tabla de precios para los extranjeros, evidentemente algo más cara. A pesar de que pueda ser así los precios suelen estar entorno a los cincuenta o setenta dírhams, entre cinco y siete euros al cambio.
Una de las tres peluquerías que hay en nuestra calle, esta además es española.

Yo aún no me he atrevido a ir al peluquero aquí porque no sé si ya tengo la suficiente capacidad dialéctica como para poder explicarle al peluquero lo que necesito, aunque pensándolo fríamente los peluqueros de aquí serán como los de allá, al otro lado, y a pesar de que les expliques qué necesitas, terminan haciendo lo que mejor les parece, si algún día doy el paso y me atrevo a ir ya os contaré como me ha ido la experiencia.

Un abrazo fuerte para todos y ¡¡SED FELICES!!

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Cuelga una foto tuya actual para que veamos que pinta tienes y (y mándasela al barbero de paso) a ver si eres un buen musulman jaja.
    Un abrazo.

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