lunes, 13 de febrero de 2012

Sinergias


Anda la cosa estos días bastante revuelta en varios lugares del mundo, por distintos motivos, y esta situación unida a una serie de pensamientos y sensaciones personales me han llevado a cuestionarme algunas cosas que hoy me gustaría trasladar y volcar en esta plataforma desde la que intento expresar aquellas cosas que me preocupan y de las que, aunque probablemente a nadie le interese, quiero dar mi opinión.
Debemos tomar consciencia de que la suma de nuestros esfuerzos tiene un poder extraordinario.

Una de esas cuestiones que me asaltan estos días es cuánto más estamos, sí porque aunque yo no esté viviendo allí a mí también me afecta, dispuestos a aguantar antes de salir y movilizarnos. Creo que muchas ocasiones, y lo digo por experiencia propia, nos sucede como en el poema, mal atribuido a Bertol Brecht, de Martin Niemöller:
Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.
Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada
”.

Es una realidad que preferimos ignorar en demasiadas ocasiones, y es que la solución a la situación actual, la resolución de muchos de los problemas que hoy en día nos agobian y nos hacen estar indignados con la vida pasan por nuestras manos, por la suma de todos los esfuerzos de todos los individuos que consideramos que esto no puede seguir así, de ahí el título de la entrada de hoy.

Más allá de las movilizaciones populares del año pasado, el archiconocido movimiento 15-M, creo que debemos empezar a fijar una serie de condiciones por las que no estemos dispuestos a pasar, ya está bien de que tengan que ser siempre los mismos los que pagan por los errores de los demás. A estas alturas creo que ya ninguno espera que los políticos de uno u otro signo nos vayan a sacar del atolladero, pues si algo han demostrado es que sólo tienen un interés común: ¿el ciudadano? No, no la respuesta es menos amplia, un ciudadano, ellos mismos.

Lo repito una vez más soy un desencantado de la política actual, creo que se engaña sistemáticamente a la ciudadanía haciéndonos creer que son los que nos representan cuando eso es una mentira como un castillo de grande, lo único que les interesa a los políticos de los ciudadanos de a pie es su voto para poder seguir viviendo una vida que, la mayoría de ellos, no podría permitirse de otra de manera. Baste decir que un diputado cobra un sueldo bastante superior a un médico, y ni que decir tiene que muchísimo más que cualquiera de los que inocentemente han confiado en él.

Sinceramente, no creo que esté en posesión de la verdad absoluta pero desde mi posición voy a comenzar a cambiar poco a poco algunas de las cosas que creo que no están bien, leo de vez en cuando por internet una frase que creo que si nos la creyéramos al 100% seríamos capaces de cambiar radicalmente todos aquellos problemas que hoy nos hacen estar indignados con una situación que si bien no hemos provocado nosotros, tampoco hemos hecho nada aún por evitarla, la frase en cuestión dice que mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo.
El cambio del mundo comienza con el cambio de uno mismo.

Lo primero que voy a cambiar es mi manera de entender la vida, dejar a un lado el relativismo en el que en muchas ocasiones me veo inmerso y comenzar a creer que mi trabajo, mi opinión puede cambiar el mundo, además cada vez tengo más claro que si soy capaz de ver a un hermano en todos aquellos con los que me cruzo en la vida estaré más cerca de cambiar el mundo, por lo menos mi mundo y su mundo.

Un fuerte abrazo a todos y ¡¡SED FELICES!!

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